En este post
hablaremos de la discriminación de las personas con diversidad funcional y las
dos medidas, integración e inclusión social, como respuesta a esta acción. Por
ello, expondremos el concepto de
discriminación que sufre este colectivo y posteriormente explicaremos la
diferencia entre integración e inclusión.
Según Wikipedia,
el término discriminación, “es toda
aquella acción u omisión realizada por personas, grupos o instituciones, en las
que se da un trato a otra persona, grupo o institución en términos diferentes
al que se da a sujetos similares, de los que se sigue un perjuicio o
consecuencia negativa para el receptor de ese trato”. Actualmente, más de mil millones de personas viven en todo el mundo con algún tipo de diversidad funcional .
La principal barrera que padecen las personas con diversidad funcional es atribuirles que debido a sus características es imposible su integración plena a la sociedad, de tal manera que quedan
excluidos de algún modo del ámbito social, educativo y laboral.
Sí que es verdad
que existe una serie de medidas legislativas para la asistencia de estas
personas con diversidad funcional y para el reconocimiento de los derechos y la
igualdad de las mismas, con el objetivo de la integración de este colectivo. Sin
embargo, la integración no abarca a todas las situaciones que sufre estas
personas con diversidad funcional, ya que la integración está orientada a la adaptación
de este colectivo a la sociedad en vez de ver a las personas con diversidad funcional
como parte de la misma. Es por ello que vemos necesario hablar de inclusión en
vez de integración.
"Si bien ambos términos son considerados positivos en el proceso de
participación ciudadana y el ejercicio de derechos y deberes por parte de las personas con diversidad funcional, por lo que la gran diferencia entre estos
dos términos es que la integración se basa en la normalización de la vida de la
persona con diversidad funcional, a través de acciones y modificaciones
ambientales o de la actividad que permitan que una persona con diversidad
funcional pueda integrarse a actividades comunes a cualquier ciudadano. Por otro
lado, la inclusión plantea el reconocimiento y valoración de la diversidad como
una realidad y derecho humano, por lo que sus objetivos son prioritarios
siempre, es decir, han de ser un propósito en las acciones a emprender al
momento de trabajar con personas con diversidad funcional. Desde la perspectiva
de la inclusión, el propósito de heterogeneidad es entendido como lo normal, de
modo que la postura inclusiva se dirige a toda la sociedad y a todas las
personas en general, eliminando barreras básicas de tipo cultural y/o
arquitectónico.
Para entender mejor estos dos conceptos y su diferenciación ponemos el
siguiente ejemplo: Integración: para entrar al banco tengo una escalera y al
lado un rampa para que ingresen personas que usen sillas de ruedas. Inclusión:
sólo hay una rampa sin escalera, y todos pueden ingresar por ella. Por lo
tanto, se han eliminado las diferencias." (http://ayudatec.cl/2011/11/30/opinion-inclusion-e-integracion-no-son-lo-mismo/)
Como conclusión podríamos decir que las medidas establecidas
actualmente resultan insuficientes en la práctica debido a que sigue
siendo un colectivo minoritario y discriminado dentro de la sociedad, ya que
todavía son muchos los casos en los que las personas con diversidad funcional
se encuentran obstáculos importantes para llevar una vida plena y participar,
en pie de igualdad, en las actividades que desarrollan los demás ciudadanos. De
este modo creemos que las nuevas iniciativas para la lograr la igualdad de este
colectivo dentro de la sociedad tendrán que estar orientadas desde una
perspectiva de inclusión y no de integración. De esta manera, la sociedad supondría
un sistema único para todos, lo que
implica un cambio de cultura, patrones de accesibilidad, diseño de
infraestructura y las estructuras organizacionales del sistema educacional y de
salud configuradas de tal modo, que se adapten a la diversidad de la totalidad
de la población con discapacidad.