jueves, 28 de mayo de 2015

Diversidad funcional mental o intelectual. ¿Neurodiversidad? (3º post Dayanna Ortega)


En el anterior post se habló sobre la lucha de los derechos de las personas con diversidad intelectual y no muy alejada de  esa línea, en este post se hablará de la introducción del concepto de  neurodiversidad como nuevo término para aquellas personas que padecen alguna “discapacidad” intelectual.

Según Wikipedia, la neurodiversidad “es un concepto que promueve la idea de que la diversidad en las características humanas también se extiende al campo neurológico. Este término fue concebido por la comunidad autista para referirse a la neurología atípica del autismo. El término se utiliza en contraste a otros términos tales como desorden o enfermedad. Su aplicación va más allá del autismo, ya que se lo puede utilizar para describir el Trastorno por déficit de atención con hiperactividad(TDAH), la dislexia, etc”. http://es.wikipedia.org/wiki/Neurodiversidad

Como se ha mencionado anteriormente, “el concepto de neurodiversidad fue creado por la comunidad autista en los 90  y promueve la idea de que la diversidad humana incluye las distintas expresiones neurológicas. El término tiene una connotación positiva y se utiliza como alternativa a “desorden”, “trastorno” o “enfermedad”. Es decir, son  neurodivergentes aquellas personas que su mente funciona de una manera diferente y los neurotípicos aquellas personas con funcionamiento neuronal típico, su mente funciona como la de la mayoría”. https://laspalabrasescritasnoselasllevaelviento.wordpress.com/neurodiversidad/
Como vemos, esta idea es paralela a una que ha sido mencionada en los post grupales, y es el cambio del uso del término  “discapacidad” por el de “diversidad funcional”, quitando esa connotación negativa, de manera que esas diferencias dejen de entenderse como medio para apartar a este colectivo de la sociedad y proceder a su inclusión plena en todos los ámbitos, ya sea educativo, social, cultural. Así, se dejaría de ver estas diferencias como un impedimento o una enfermedad y aceptar por fin la riqueza de la variedad y diversidad de la población humana.
“El concepto de neurodiversidad ha recorrido camino apoyándose en investigaciones neurocientíficas que muestran los correlatos neurológicos, genéticos y metabólicos del autismo, y gracias sobretodo a foros online dedicados a la autoconsciencia (neurológica) y al empoderamiento autista, se ha organizado en las últimas décadas un interesante e importante movimiento político para redefinir el autismo como una variación natural no patológica.
Para estos activistas, el autismo no es un trastorno. Tampoco es una epidemia ni un sufrimiento para las personas que son así. Simplemente, es una forma más de ser persona. Es cierto, como nos recuerda uno de los activistas más reconocidos, Ari Ne’man, que las personas autistas a menudo tienen dificultades para la interacción social”. http://expdem.net/2013/10/17/el-concepto-de-neurodiversidad/
Por otro lado, pese a los aspectos a favor de este nuevo término, existe cierta controversia debido a que carece de una base científica más sólida y sí que debería considerarse el autismo o el TDAH como una patología debido a sus consecuencias a nivel cognitivo y conductual.
Como conclusión, podría decir que la propuesta a ampliar el uso de ese término para aquellas personas que padezcan diversidad funcional intelectual me parece correcto, al igual que con el uso del término de diversidad funcional. Principalmente, que padezcan o no esa “patología” no les hace menos distintos que el resto de personas y demás las personas neurodivergentes tampoco deberían padecer discriminación por su condición y es más, aunque la propuesta salga de la comunidad autista el resto de la sociedad debería dejar de lado sus prejuicios y estigmatizaciones e ir adaptándose a variedad de la realidad, empezando por uno mismo y siendo consciente de ello, como ha pasado con  la homosexualidad por ejemplo, que hace no mucho tiempo se le consideraba enfermedad. No obstante, también creo que se deberían realizar estudios más afondo para determinar un límite, si es que lo hay, entre neurodivergencia y enfermedad.

  ¿Necesidad?

 

En esta ocasión empezare el post presentando la siguiente noticia:

Roban y causan destrozos en la asociación de discapacitados de Cáceres.

En esta noticia una asociación dedicada a ayudar a personas con diversidad funcional  de la que se benefician más de sesenta personas denuncia el robo y destrozos en el centro, y que no es la primera vez, sino la segunda.

Este tipo de noticias últimamente se vuelven cada vez más frecuentes, probablemente debido al estado de crisis en el estamos viviendo,  y me pregunto por qué a una asociación que se dedica a ayudar a otras personas que realmente necesitan los servicios, y no por ejemplo una joyería o un supermercado por ejemplo.

Creo que, desde mi punto de vista, es algo muy grave que se produzca este tipo de robos puesto que con estos hechos se demuestra que la sociedad está muy necesitada, no solamente económicamente sino quizás también de valores, como el respeto y reflexión, pensar en  todo lo que le ha costado y cuesta a la asociación poder adquirir los materiales para poder servir a las personas y que son muchas las personas a las que la asociación ayuda.

Por otro lado las personas que faltan de esta manera el respeto a la sociedad con sus actos, quizás también son personas necesitadas, muy necesitadas tanto económicamente como de valores, quisiera pensar que se trata de personas en paro, que por alguna razón no pueden acceder a alguna prestación que cubra sus necesidades, cabe destacar los numerosos papeleos que se exigen para poder recibir cualquier prestación,  y que estos ladrones se ven obligados a mendigar o hacer chapuzas para vivir y que vieron en la asociación una víctima fácil a la que quitarle el pan, para no sufrir quizás, ya no solamente hambre sino también la exclusión social, y que sea la sociedad quien los empuje a robar para poder irse de compras y no tener pinta de pobre o comprarse un móvil de última generación para twitear con los amigos por ejemplo.

Creo que es necesario el momento de reflexión por parte de la sociedad, si es que la  sociedad también tiene algo de la culpa de que se produzcan estos robos,  también de reflexionar si valores han caído en detrimento, si es que aun existe el respeto o es que ya nadie tiene respeto por nadie y por ultimo cuando será el día que todos reflexionemos y cambiemos para que estos hechos dejen de producirse y si se producen que no sean en una asociación que ayuda a los demás.

Defensa de los derechos de las personas con diversidad funcional. (2º post Dayanna Ortega)


En el anterior post, se habló sobre las carencias en las medidas legislativas para las personas con diversidad funcional y siguiendo esa línea, en este segundo post individual se hablará del activismo por la defensa de los derechos de las personas con diversidad funcional.

“Según muestran los resultados de la investigación Austeridad, diversidad funcional y activismo político: un estudio comparativo entre el Reino Unido y España, el 15-M ha dado un nuevo impulso al activismo de la diversidad funcional en España. Nuevas formas de protesta como la acción directa, la promoción de nuevos espacios de relación, contacto y debate entre personas, protestas sostenidas en el tiempo y el espacio público como arma política, son algunos de los cambios que hay detrás de las nuevas formas de activismo entorno a la diversidad funcional.

A lo largo de la última década, este colectivo ha transformado sus formas de protesta y su definición y se ha convertido en un elemento más de politización, lucha y crítica social. Este estudio etnográfico constata la emergencia de nuevas formas de protesta «abandonando la tradicional política identitaria y sectorial, para integrar las problemáticas de este colectivo en un movimiento más general y transversal que promueve una idea de ciudadanía basada en una protección social universal y la consideración de una vida digna como un derecho universal”. http://www.uoc.edu/portal/es/uoc-news/actualitat/2014/noticia_172/diversidad-funcional.html

“Según las estadísticas, los discapacitados están nueve veces más castigados por las medidas de austeridad que un ciudadano medio. Una de cada cinco personas con diversidad funcional (en concreto el 21,1 %, en 2010) sufre el riesgo de experimentar pobreza en la Unión Europea en comparación con les personas sin discapacidad. La financiación de las organizaciones de personas con discapacidad se ha reducido un 20 % en España, del mismo modo que el presupuesto en las comunidades autónomas en esta materia, que se redujo entre el 22 y el 29 % el 2012. Si a esto le sumamos el aumento del copago en los últimos años, los recortes en materia social, la alta tasa de paro y la precarización laboral, la situación de este colectivo es de las que con más fuerza está sufriendo los efectos de la crisis económica”. http://www.uoc.edu/portal/es/uoc-news/actualitat/2014/noticia_172/diversidad-funcional.html  

Por otro lado, aparte de ese cambio surgido a partir del 15 M como se menciona anteriormente, la propia comunidad de personas con diversidad funcional intenta transformar su situación a través del activismo, para así promover la visibilización de su colectivo y defender sus derechos como personas. Un ejemplo de ello son las Marcha por la visibilidad de las personas con diversidad funcional, que se realizan anualmente el 13 de septiembre, con el fin de hacer denuncia de su situación.

Sin embargo, “pese a los pequeños adelantos de las últimas décadas, hay dificultades históricas que continúan presentes, enquistadas, la idea social de que la dependencia es algo que no tiene que ver con todos, sino solo con unos cuantos. Otras tareas pendientes, se cumplan las leyes que ya tenemos y se continúe trabajando en la visibilización de las personas con diversidad funcional no como sujetos de caridad, sino como sujetos de derecho”. http://www.uoc.edu/portal/es/uoc-news/actualitat/2014/noticia_172/diversidad-funcional.html  

Por mi parte considero que el papel del Trabajador social es importante en esta lucha, debido a que es una rama más de su trabajo y que no debería quedarse en la superficie del carácter asistencial al que están enfocadas las leyes y su papel no sólo sea el de un mero administrativo que gestione una prestación o una ayuda, y personalmente creo que eso sólo se conseguirá mediante la concienciación, tanto del propio trabajador como para el resto de la sociedad y de los futuros profesionales en este ámbito.


Diversidad Funcional y carencias en las medidas legislativas. (1º post Dayanna Ortega)


Este primer post individual  hablaré sobre la situación actual de las personas con diversidad funcional y la perspectiva del estado en materia de cobertura a sus necesidades.
Como hemos reflejado en post anteriores, en España existe una serie de medidas legislativas que regulan las necesidades de las personas con diversidad funcional. Sin embargo, es sabido que muchas leyes en favor de este colectivo han sido derogadas y que el gobierno ha impuesto recortes en estas medidas como consecuencia de la crisis, dejando con una cobertura ínfima  a las necesidades de estas personas.

Actualmente, es la Ley 39/2006, de 14de diciembre, de Promoción de la autonomía personal y de atención a las personasen situación de dependencia (LAPAD) quien está sustentando la mayor parte del sistema de ayudas para este colectivo. No obstante, desde el punto de vista del mismo, resulta insuficiente debido a que está orientado desde un enfoque de carácter paternalista y asistencial. Según aquellas personas con diversidad funcional y desde el Foro de Vida Independiente y Divertad (FVID),  la LAPAD “no aspira más que a la mera supervivencia, sin capacidad de decidir sobre los apoyos que requiere el ciudadano para llevar a cabo su proyecto vital, condenado de por vida a pagar por su diferencia, sin más expectativas que el encarcelamiento en una residencia o el arresto domiciliario a cargo de la familia”. http://www.forovidaindependiente.org/node/474
Igualmente, hacen mención al sistema de copago que el gobierno ha estado queriendo imponer, ya que, aparte de suprimir o reducir algunas prestaciones económicas, el copago también “no sólo porque amenazaba con enquistar la falta de igualdad de oportunidades y por el agravio comparativo económico que soportan las personas con diversidad funcional, sino porque, el hecho de que supusiera el 33% de la financiación del sistema, podía ser el primer paso para desmontar los sistemas de salud y educación pública” http://www.forovidaindependiente.org/node/474 , de tal modo que los derechos de este colectivo quedasen desprotegidos y dejándoles en una situación aún más frágil de la que pudieran estar padeciendo.

Por mi parte, considero, al igual que las personas pertenecientes a este colectivo, que la perspectiva asistencial con la que está marcada las leyes para las personas con diversidad funcional supone una escasa ayuda para la realidad a la que se enfrentan porque no conlleva a una cobertura total de las necesidades que les puedan surgir. Además, se debe tener en cuenta el incumplimiento de ciertas las leyes a pesar de estar reguladas expresamente, situando a este colectivo en una situación aún más vulnerable.


Es decir, las personas con diversidad funcional no sólo se encuentran en una situación frágil por el hecho de que padezcan discriminación dentro de la sociedad simplemente por su condición no normativa, sino también por las consecuencias que esto conlleva, de manera que se pasen por alto sus derechos e impidiendo el pleno desarrollo de su autonomía.

El estado de bienestar ¿en crisis? (Tania Yandira Mollo Quisbert)


En este post se realizara una crítica al estado de bien estar al que aspiraba o estaba España antes de la crisis económica que aun nos azota actualmente.

El estado de bien estar es un concepto de las ciencias políticas y económicas con el que se designa a una propuesta política o modelo general del Estado y de la organización social, según la cual el Estado provee servicios en cumplimiento de derechos sociales a la totalidad de los habitantes de un país.

España se consideraba un estado de bien estar y aun se considera o por lo menos aspira a ello. Desde el año 2007, que fue cuando estallo la crisis actual España ha cambiado mucho, por ejemplo  las personas que se consideraban de clase media, ahora son de clase media baja, los que se consideraban de clase baja, son ahora de una clase más baja aun, y los ricos excepto por algunas excepciones siguen siendo más ricos o por lo menos es lo que creo yo.

Políticamente España sigue aspirando al estado de bienestar al que se encontraba antes de la crisis, pero quizás la política no quiere contar con la sociedad o por lo menos con la parte más desfavorecida por la crisis. Puesto que es esta parte de la sociedad quien ha vivido en sus propias carnes un despertar, un despertar que nada  ha gustado a nadie con los sueldos bajos, pocas prestaciones, desahucios, subida de precios en bienes que tendrían que ser básicos como la luz y el agua entre otras cosas.

Lo que debemos destacar es que entre muchos colectivos que se han visto afectados por la crisis, es el de discapacitados o diversos funcionales uno de los que mas ha sufrido las consecuencias de los fallos del estado de bien estar, viendo como recorte tras recorte sus necesidades cada vez son menos atendidas o en el peor de los casos retirarle totalmente la prestacion o ayuda de cualquier tipo que este recibiendo  por que el tratamiento u operacion  sea demasiado costosa.  como consecuencia de las retiradas de las ayudas a los casos mas extremos y en peor posicion , a estas personas por no decir desesperadas, no han tenido mas remedio que acudir a la television o redessociales pidiendo ayuda, solo buscando que su caso sea conocido y de esa manera esperar la ayuda que el estado de bienestar no puede garantizar.

Puede que los más afectados como es el colectivo de discapacitados o diversos funcionales entre los que mas, se hayan dado cuenta que el estado de bien estar capitalista en el que Vivian antes de la crisis era falso, y que no existe y si existe es precedido de la crisis, y si existe algún estado de bienestar sería muy diferente al que conocemos,  pero puede que la política y por no decir los más ricos no quieran aceptarlo ya que ellos siempre serán los favorecidos haya o no haya crisis.

Por esto y con los cambios políticos que está sufriendo ahora España, personalmente espero que sean cambios, quizás esta próximo un estado de bienestar si no es mañana sino muy pronto que sea totalmente distinto al conocido ya, que sepa afrontar y hacerse cargo de sus responsabilidades, que somos nosotros de una forma u otra somos responsabilidad del estado y puesto que pagamos muchos impuestos el estado tiene que procurar el bienestar de toda la sociedadsin hacer exclusion de nadie.

El trabajo social desde el otro lado (Tania Yandira Mollo Quisbert)


Anteriormente vimos un poco de historia del trabajo social aplicado a el colectivo de discapacitados o diversos funcionales, el desarrollo de los servicios e incluso la legislación que favorece a este colectivo. En esta ocasión nos pondremos del otro lado, del lado de los clientes que hacen de nuestro servicio, un servicio muy peculiar puesto que cada cliente o caso son distintos, con distintas necesidades.

 El trabajo social siempre se ha visto muy criticado y ahora mucho más por la crisis económica del país, estas críticas hacen referencia a la limitación que tiene el trabajo social por la burocracia que no solamente está presente para los servicios del colectivo de discapacitados o diversos funcionales, sino en otros como los servicios prestados a la tercera edad y muchos otros.
Como ejemplo de estas críticas convertidas en  quejas se halla la siguiente noticia:

Un año de demora para certificar una discapacidad


Según esta notica la queja ya no es solamente de los clientes que se ven gravemente afectados por el retraso de los certificados y todo lo que conlleva como por ejemplo  la exclusión social al no poder obtener ningún ingreso o prestación entre otros, sino también de los propios trabajadores sociales que ven gravemente afectada su imagen como si fueran los culpables de la demora e incluso ser los culpables de que los propios clientes tengan que resignarse a pedir el certificado y saber de antemano que le tardara más de un año en hacer uso de él.

Esto nos hace reflexionar no solamente a nosotros los trabajadores sociales, sino también al resto de la sociedad que hace uso de nuestros servicios, en que algo no esta bien, que algo pasa para que por ejemplo un discapacitado o diverso funcional tenga que esperar tanto para recibir un certificado y que hasta que no lo tenga, sufrirá la exclusión de la sociedad, aparte de que la sociedad misma crea que los trabajadores sociales son los culpables de la tardanza o del rechazo de las prestaciones, creando una mala imagen de los trabajadores sociales de incompetentes e incluso egoístas vagos etc.

El ejercicio del Trabajo Social con personas con diversidad funcional (Jennifer Simbaña Torres)

En este último post pretendo poner de manifiesto que desde el papel de Trabajador Social debemos tener en cuenta que una persona con diversidad funcional no tiene por qué generar en sí mismo un problema, sino lo que genera un problema es la discriminación permanente, el aislamiento y las restricciones sociales que impone la sociedad a las personas que tienen diversidad funcional. Ser una persona con diversidad funcional por desgracia, significa ser objeto de discriminación y de experimentar vulnerabilidad, por lo que las actuaciones profesionales propuestas deberían ir enfocadas, en gran medida, a la erradicación de dicha discriminación.

Tradicionalmente el Trabajo Social ha seguido, y sigue, en muchos casos, el modelo médico -rehabilitador como una manera de afrontar la intervención social. Sin embargo, cabe destacar que “el modelo de Trabajo Social en la intervención social se distingue del modelo médico por dos elementos: primero, el lugar y el poder atribuidos al Trabajador Social y segundo, la consideración prioritaria de los aspectos positivos y dinámicos de la situación del usuario/a”. 

La acción del Trabajador Social no comienza después del diagnostico, sino se inicia desde el primer contacto con el usuario. La mirada, la acogida, la manera de presentarse, la calidad de escucha o las preguntas planteadas, ya modifican algo, cambian la imagen que el usuario tiene de sí mismo y de su entorno. “La intervención social se inicia inmediatamente, sin esperar las etapas de recolección de datos, sin que el profesional haya tenido tiempo de reconocer a las personas o las situaciones de manera profunda. El Trabajador Social puede llegar un poco como intruso en un contexto del que no conoce previamente las circunstancias. Los usuarios no solamente son los que conocen la situación, también son ellos quienes conocen las soluciones más apropiadas para sus problemas, y las que convienen mejor a sus deseos y proyectos”. “La situación del  Trabajador Social no es, entonces, la de la persona que sabe, que va a aportar remedio, que va a curar. Se ha convertido en aquel que va a descubrir una situación desconocida, que va a examinar esta realidad con los interesados, que va a interpelarlos para encontrar las soluciones más adaptadas y que en el curso de ese proceso va introducir cambios”.

“El segundo elemento importante que se distingue de la intervención social del modelo médico es la toma en consideración prioritaria de los aspectos positivos y dinámicos de la situación de la persona a la que atendemos. La herencia del modelo médico y psicoterapéutico nos ha condicionado fuertemente a analizar toda la situación social en términos de patología y de enfermedad. Nos hemos vuelto capaces de percibir todo lo que se aleja de las normas sociales admitidas en un lugar y en un tiempo dado. Esta manera de poner de relieve la <<patología social>> implica la existencia de una idea de <<salud social>>, de la vida social que se ha conocido, que no se tiene ya, que se ha perdido, que se añora aún y que se desea reencontrar”

El modelo de intervención social desde el Trabajo Social se centra en los cambios en curso, en las modali­dades particulares de la comunicación y de relación entre las personas y los grupos, en las potencialidades, en sus dinamismos. “Se trata de valorar los aspectos positivos, de utilizar un pequeño cambio, por mínimo que sea, como palanca de dinamismos nuevos”.

“El quehacer profesional en la acción-intervención social puede y debe articularse de modo que constituya una verdadera mediación entre las personas y los grupos sociales, las instituciones y la ciudadanía. Esto supone, por un lado, que las prácticas sociales que promuevan participen de una visión holística e integral, asegurando el máximo aprovecha­miento posible de las potencialidades inherentes a los sujetos y de los recursos existentes en un determinado medio; y, por otro lado, que sus realizaciones se inscriban en un proceso donde las personas sean vistas como agentes activos y potenciales y no como pacientes de problemas o receptores de soluciones diseñadas por los/as profesionales”.

Sin embargo, “los Trabajadores Sociales, en gran medida, son percibidos como meros distribuido­res de recursos públicos y con poca relación profesional”. En la gestión de los recursos, el Trabajador Social ve limitada sus posibilidades de actuación ya que “se encuentra cuartado por las  condicio­nes impuestas por la institución, y por las presiones de unos destinatarios que, desde una situación de precariedad, a veces extrema, no pueden entender ni admitir las condiciones impuestas por quienes sustentan el poder político. Todo ello crea un serio conflicto al pro­fesional que conoce de cerca la necesidad que se plantea y pese a ello se ve obligado a recortar o denegar una prestación en virtud de unas directrices administrativas determina­das o por un recorte presupuestario en las partidas destinadas a tal fin”.

A pesar de que la perspectiva social de la diversidad funcional no ha evolucionado lo suficiente como para orientar las políticas sociales y eliminar las discriminaciones que sigue sufriendo este colectivo, el Trabajo Social no debería limitar la definición de su identidad a los aspectos técnicos e instrumentales, ni tampoco, únicamente relacionando su quehacer con la puesta en prác­tica de una serie de competencias y destrezas aprendidas durante la formación y práctica profesional. Los Trabajadores sociales deberían  desarrollar una labor como agentes ac­tivos de cambio de la realidad social, teniendo como perspectiva los derechos de ciudada­nía, superando la ideología en clave de categorizaciones  para pensar en políticas y actuaciones que incluyan la diversidad de la sociedad en la que vivimos.

Bibliografía

Rodríguez, J. M. (2011). La (con)ciencia del Trabajo Social en la discapacidad:Hacia un modelo de intervención social basado en los derechos. Documentos de Trabajo Social nº 49 , 9-33.


Personas con diversidad funcional en el ámbito laboral (Jennifer Simbaña Torres)

Como hemos visto en el anterior post, la percepción social de las personas con diversidad funcional como “diferentes” consolida su proceso de marginación y exclusión. Esta situación puede verse reflejada en el mercado laboral que es el tema que se abordará en este segundo post.” Y es que salud está asociada a la capacidad de producción, existiendo el prejuicio de que una persona que posee una diversidad funcional es más improductiva, vulnerable, “menos válida”, etc., que una persona sana” (Iáñez 2008). En este sentido, las intervenciones se han enfocado desde las políticas pasivas de empleo, otorgándoles subsidios y pensiones antes que pretender su inserción laboral.

Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad “El empleo es un elemento esencial para garantizar la igualdad de oportunidades para todas las personas y contribuye decisivamente en la participación plena de los ciudadanos en la vida económica, cultural y social, así como a su desarrollo personal. Las personas con discapacidad, especialmente aquéllas que presentan una discapacidad severa, conforman un grupo con altos niveles de desempleo. Para el cumplimiento de este objetivo, la normativa contempla diferentes medidas que fomentan el empleo de los trabajadores con discapacidad, tales como el establecimiento de un sistema de intermediación laboral, el empleo con apoyo, los enclaves laborales, o la regulación de medidas de acción positiva en las políticas activas de empleo (reserva de puestos, subvenciones por la contratación, bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social, desgravaciones fiscales, etc.”

Por lo tanto, parece ser que las empresas que contratan a personas con diversidad funcional obtienen beneficio de ello. A partir de esto, me planteo las siguientes preguntas: ¿por qué aunque sólo sea por un beneficio económico, no hay tantas empresas que contraten a personas con diversidad funcional? ¿Y las empresas que sí los contratan, sólo lo hacen por ese beneficio económico y además, intentando aparentar que lo hacen porque creen de verdad en la inclusión laborar de las personas con diversidad funcional?

Las personas con diversidad funcional tienen claro que las empresas contratantes obtienen beneficios económicos con cada una de sus contrataciones, y he querido plasmarlo con este video en el que Luis Castro, quien padece síndrome de Down, realiza un video-curriculum en el que explica las razones por las cuales una empresa debería contratarle, beneficios económicos, y que no le importa que lo haga por eso. Luis, tan sólo quiere una oportunidad para demostrar que puede trabajar como lo haría cualquier otra persona.

Pero yo creo que las contrataciones no deber un acto de beneficencia o de caridad, debe ser un derecho así como el que goza cualquier otra persona.  Las personas con diversidad funcional pueden ocupar un puesto de trabajo, desarrollándolo igual o mejor que una persona sin diversidad funcional.  Por lo tanto, podrían ser igual de eficaces y productivos, y es lo que realmente las empresas deberían tener en cuenta, en vez de ver sólo en esas contrataciones beneficios.

El que cada vez haya más contrataciones por este motivo, no favorece a una verdadera inclusión sociolaboral, sino que ha de hacerse porque se confía en las potencialidades de estas personas.  Por ello, la inserción laboral deber ser uno de los retos a conseguir con este colectivo, pues constituye uno de los elementos primordiales en los procesos de inclusión social.

Como conclusión puedo decir que la diversidad funcional surge de un entorno social  mal estructurado a la hora de ajustarse a las necesidades y las aspiraciones de la ciudadanía con carencias, más que de la incapacidad de las personas con diversidad funcional para adaptarse a las exigencias de la sociedad. No son las limitaciones individuales el centro del problema sino las limitaciones de la sociedad para prestar servicios apropiados y para asegurar que las necesidades de las personas con diversidad funcional sean tenidas en cuenta dentro de la organización social. Las respuestas, no deben dirigirse individualmente a las personas con diversidad funcional sino a la sociedad, de manera que ésta llegue a estar pensada y diseñada para atender las necesidades de todos. Así, este colectivo puede contribuir a la sociedad en la misma medida que el resto de las personas.


El cuerpo como símbolo de desigualdad social (Jennifer Simbaña Torres)

En este primer post, pretendo poner de manifiesto como el cuerpo es utilizado como un factor para  la exclusión que padecen muchas personas con diversidad funcional física, sobre todo en el contexto de las sociedades actuales. Y es que estas sociedades se caracterizan por el predominio de unos valores corporales (la belleza, lo perfecto), que además, son asumidos por los individuos como propios de su sistema cultural. Así, en este post, se hablará de aquellas personas que se alejan de ese modelo de referencia,  que son portadoras del estigma de la diversidad funcional, una circunstancia que, muchas veces, las deja al margen de la sociedad en la que viven.

“La sociedad occidental está construida sobre unos valores dominantes que generan desigualdad entre la ciudadanía, al considerar que hay grupos generalmente mayoritarios que son superiores a otros grupos minoritarios”. Así, “existe una tendencia generalizada a clasificar y dividir las diferencias, entendidas como aquellas circunstancias que se oponen a las normas. Unas normas que son construidas social y culturalmente, y que en el caso de la corporeidad, responden a un canon de belleza tanto masculina como femenina”. Cuando la persona <<diferente>> no está dentro de los patrones culturales de nuestra sociedad, llega en muchos casos a ser rechazada o excluida. Por lo tanto, el cuerpo se convierte un símbolo de desigualdad social, marcando la frontera entre un individuo y otro.

 La existencia de  mitos, los prejuicios y las actitudes negativas construidas en torno a este colectivo han dado lugar a situaciones de discriminación, lo que les impide su participación social. “No en todas las personas con diversidad funcional el proceso de exclusión es similar, sino que está condicionado por el tipo y la gravedad de la afectación, la posición económica-laboral y la red de apoyo sociofamiliar”.

“Las repercusiones que tiene un cuerpo estigmatizado por una diversidad funcional física se manifiestan tanto en la propia persona como en los miembros de su entorno. En la relación que se establece con los «otros» es donde la persona experimenta el sentimiento de su diferencia”. De este modo, cabe destacar que existe una correlación importante entre el grado de afectación y las posibilidades de establecer relaciones sociales. “Cuanto más reducidas tienen la movilidad menores son las redes sociales y, por consiguiente, mayor es el riesgo de exclusión social”. Así, cuando una persona con diversidad funcional se presenta por primera vez a un grupo de personas en un contexto determinado, el grupo tiende a categorizar la diferencia percibida según sus propios valores, tipificamos a los «otros» en relación con la categoría en que los incluyamos.

Por lo tanto, existen dificultades a la hora de entablar una relación. Por un lado, la presencia de la persona con diversidad funcional provoca una inquietud, un desconocimiento sobre qué conviene o no hacer y decir. Por otro lado, también en la persona afectada se despierta una inquietud, ya  que las experiencias negativas marcarán su disposición en las relaciones debido a la vivencia de situaciones incómodas en las que ha sido etiquetado y diferenciado a través de las miradas o comentarios, provocando un rechazo a las relaciones con los demás para evitar el sufrimiento que causa su estigma. Así, en toda interacción, ambas partes son conscientes de la existencia de un atributo que convierte a la persona en un ser <<diferente de los demás>>, pero el problema llega cuando la diferencia se convierte en el atributo que define al individuo, dejando de ser una persona <<normal>>.

Ante estas dificultades para entablar relaciones sociales, “buscan la comprensión en personas con las que pueden compartir su diversidad funcional, bien con aquellas que poseen una igual o similar, o bien con aquellas con las que sentirán que su estigma es secundario a su persona. También nos encontramos con aquellas personas con diversidad funcional que no se identifican como tales y, por tanto, evitan cualquier tipo de relación con otras personas afectadas o la pertenencia al mundo asociativo. En este sentido, la identificación está muy en relación con el grado y la visibilidad de la diversidad funcional. A menor grado de afectación, es menor el grado de identificación con ese colectivo”. La falta de identificación responde a que  la diversidad funcional,  ha estado cargada de connotaciones negativas, y, por ello, difícilmente alguien querrá pertenecer a un grupo que es socialmente estigmatizado y discriminado.

Como conclusión se puede decir que en gran medida, es la sociedad la que excluye a las personas con diversidad funcional, al imponer obstáculos materiales y estereotipos culturales que fomentan  la  exclusión y marginación. Por lo tanto, hemos de abandonar la creencia de que la diversidad funcional es un atributo padecido y poseído por una persona individual y asumir que, es impuesta por la sociedad haciendo que las personas con diversidad funcional experimenten un amplio conjunto de restricciones que les vienen impuestas por su entorno material, cultural y social. Así, tenemos que aprender a aceptar las diferencias como un valor que enriquece a las personas.  Para ello, hay que desprenderse de los estereotipos y prejuicios existentes y estar dispuestos a tener una visión más relativista de las diferentes realidades culturales.

Bibliografía


Iáñez, A. (2008). Cuerpo y modernidad. El proceso de estigmatización en las personas con diversidad física. Tribuna Abierta , 105-121.

Bullying en los jóvenes con diversidad funcional (Sidney Castillo)

En este tercer post, y ultimo, siguiendo el esquema de la discriminación hacia las personas con diversidad funcional, tratare el tema del bullying en los jóvenes con diversidad funcional. Un tema, que en la actualidad está muy presente en todos los ámbitos sociales, tanto en personas con diversidad funcional como en el resto de las personas.





En conclusión, este maltrato, bullying o discriminación que se da en los jóvenes con diversidad funcional, están más vistos que otros. Pero, al igual que en los post anteriores, sigue sin acabarse con esa discriminación. Sin embargo, también hay que destacar que estás personas también pueden acosar o maltratar a otros, no siempre son las víctimas. De cualquier manera, ambas situaciones deben tratarse y no dejarse de lado.

Bibliografía





La diversidad funcional en el ámbito laboral (Sidney Castillo)

Siguiendo, un poco, con el tema de la discriminación y exclusión de las personas con diversidad funcional del anterior post, en éste se hablara sobre las mismas en el ámbito laboral.

En la situación que se vive en España, hay un alto porcentaje de parados. “El estancamiento en la situación de desempleo es mucho mayor entre las personas con discapacidad que en la población general, circunstancia que probablemente sea la causa del desánimo de una parte importante del colectivo a la hora de buscar empleo y, por tanto, de su baja tasa de actividad. Y el paro de larga duración se intensifica en las mujeres” (Colectivo Ioé: Pereda, de Prada & Actis, 2012, pág. 141).

Además, dentro del colectivo de las personas con diversidad funcional también existen diferencia entre la edad y nivel de estudios, dándose un mayor grado de desempleados en mujeres (como se dijo en el anterior post, las mujeres son más del 60% de las personas con  discapacidad funcional) y en jóvenes.

“En cuanto al nivel de estudios, la tasa es mucho más mayor en quienes no tienen estudios que en los que han terminado estudios universitarios (…) Esta misma correlación se aprecia también, pero en sentido inverso, en la tasa de actividad, mucho más elevada en quienes tienen estudios universitarios que entre quienes no los tienen” (Colectivo Ioé: Pereda, de Prada & Actis, 2012, págs. 135-136).

Dentro de las dificultades que tienen las personas con diversidad funcional para encontrar un trabajo está la propia discapacidad por el grado que pueda tener; después, como segunda causa, es la que se atribuye al resto de la población “en esta crisis, es difícil encontrar un trabajo”; y, por supuesto, el nivel de estudios. Pero, existe una gran diferencia entre géneros, donde las mujeres tienen una mayor tasa de desempleo y gran dificultad para encontrar un trabajo. Sin embargo, las mismas personas con diversidad funcional “culpan” a su discapacidad de no encontrar trabajo, por lo que optan, directamente, por no buscarlo; por otro lado se consideran “prejubilados” o tienen razones muy personales por las cuales no buscan trabajo. (Colectivo Ioé: Pereda, de Prada & Actis, 2012).


En conclusión, existe una gran diferencia en la tasa de empleo entre las personas con diversidad funcional. Y desde este punto, se da un mayor grado de discriminación hacia este colectivo. Pero, sin embargo, se ha estado trabajando proyectos para la inclusión laboral de éste. Aunque, muchas veces se les vea, y ellos mismos se vean, como “inútiles” para poder trabajar, son capaces de realizar, en mayor medida, muchas de las actividades que realizan las personas “normales”, son capaces de superarse así mismo, muchísimo mejor que personas “normales”.

Caso particular: Anna Vives y su libro “Si confías en mi te sorprenderé” http://www.annavives.com/

Bibliografía
COLECTIVO IOE Pereda, C. de Prada, M.A. y Actis, W. (2012). Discapacidades e inclusión social. Barcelona: Obra social “la Caixa. (Colección Estudios Sociales nº 33)


Doble discriminación (Sidney Castillo)

En este primer post individual hablare de la doble discriminación que existe hacia las mujeres con diversidad funcional.

Como ya es sabido, a la mujer siempre se le ha considerado inferior que al hombre en todos los ámbitos donde se relaciona, vista como una persona falta de carácter, de poder e independencia. Y gracias a “los perjuicios culturales, a las mujeres las recluyen, en exclusividad, al espacio doméstico”  donde están al cuidado de sus hijos, de su marido y de la casa. Pero incluso, hoy en día, una época donde la mujer tiene derecho a votar, a trabajar en cualquier ámbito laboral, a la igualdad de oportunidades, etc., que se considera que está surgiendo el “mayor progreso político, social y económico, la mujer sigue, en mayor o menor medida, injustamente relegada a un segundo plano.”

Por otro lado, la estigmatización que sufren las personas con diversidad funcional, asimismo producen un sentimiento de exclusión del resto de la sociedad. Ya que también, al igual que a una mujer, son considerados débiles y dependientes para realizar su vida cotidiana.


El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) crea en el año 2000 la Comisión de la Mujer, el cual desarrolla una multitud de eventos con muy diversa índole que ha “permitido consolidar la vocación de intermediación,información y elaboración por y para las mujeres con diversidad funcional en elámbito de sus derechos." Y gracias a esta Comisión, se han hecho muchos avances respecto a los derechos de las mujeres y personas con diversidad funcional, tanto desde el CERMI como la creación de diversas Comisiones en distintos ámbitos; como desde la propia Comisión de la Mujer de CERMI, como el II Plan Integral de Acción de Mujerescon Discapacidad 2013-2016 . Dicho plan, formado por entidades estatales, pretende seguir mejorando la calidad de los recursos y mejorando la obtención de los derechos para este colectivo.

En conclusión, por muchos cambios que ha sufrido la sociedad, sigue existiendo una doble discriminación hacia las mujeres con diversidad funcional. Sin embargo, por otro lado, existen cambios, como la creación de diversos planes y proyectos que han supuesto una pequeña luz de claridad de esta doble discriminación pretendiéndola cambiar. Pero debe quedar claro, que aún queda mucho camino que recorrer para que las mujeres y personas con diversidad funcional, sean no discriminadas y mal vistas para el resto de la sociedad.

Bibliografia:






miércoles, 13 de mayo de 2015

De la discapacidad hacia la Diversidad Funcional. Evolución histórica. (Corrección primer post)

En este primer post hablaremos de la evolución de término “discapacidad” a lo largo de tiempo, y de la propuesta del concepto de “diversidad funcional” como alternativa a los conceptos de discapacidad  y minusvalía.
“La discapacidad como categoría social es propia de la contemporaneidad,  concretamente, del siglo XX y la creación de los Estados del Bienestar. Sin embargo, la práctica cultural de traducir la anormalidad física en inferioridad social (estigmatización) se extiende notablemente hacia el pasado.
Antes al siglo XX, no existía ningún aliciente para los individuos en el hecho de ser etiquetados como “discapacitados”. En Inglaterra, la Poor Law de 1834 no establecía diferencias significativas entre una persona discapacitada del resto de enfermos, en parte porque el criterio básico de inclusión giraba en torno a la incapacidad para trabajar de los individuos, y no alrededor de la naturaleza de dicha capacidad. Cualquier tipo de ayuda que se proporcionara a los discapacitados se hacía en virtud de un “imperativo moral”, pero no se contemplaba la idea de que algunas minusvalías tuvieran que ser objeto de prestaciones especiales para aquellas personas que las padecieran.
De forma general, se aplicaba el término “lisiado” para hacer referencia a todos aquellos individuos físicamente comprometidos, lo que siempre supuso un problema para la administración de prestaciones. El Estado siempre se mostró vigilante sobre la posibilidad de que algunos lisiados presentaran esta condición de modo fraudulento. Con el fin de eliminarlo, comenzaron a elaborarse, desde finales del s. XIX, mecanismos para reconocer a los verdaderos acreedores de prestaciones sociales. Es en este momento, cuando se perfila por primera vez la categoría administrativa de “discapacitado”. Así, los primeros individuos en adquirir un estatus de discapacidad fueron soldados heridos durante combate. Otro de los grupos sociales beneficiarios, fueron los niños, por lo general, afectados de raquitismo o tuberculosis. Eso se logró con la ayuda de la promulgación de diversas leyes de educación por parte de varios estados occidentales y del advenimiento de movimientos sociales en favor de los “niños lisiados” a principios del s. XX. No obstante, en ambos casos, la categoría de “discapacitado” tenía una naturaleza administrativa, pero no social. De nuevo, la discapacidad se contemplaba en términos de incapacidad laboral, como se ponía de manifiesto en la implicación de muchos médicos en la certificación de la discapacidad y el cálculo de las prestaciones en función del grado de incapacidad para el trabajo.
Desde una perspectiva sociológica destaca la contribución de Erving Goffman, que entendía la discapacidad como la imposibilidad de llevar a cabo las actividades que, socialmente, cabe esperar de un individuo a causa de una tara física o una enfermedad mental.
Este interés propició lentamente una concienciación social sobre la existencia y los problemas de las personas discapacitadas. Sedará un proceso de “institucionalización” mediante el cual las personas con discapacidad serán apartadas de la convivencia colectiva y serán recluidas en instituciones especializadas para su tratamiento: la rehabilitación, prescrita y orientada por los dictámenes médicos. La Medicina, por su parte, jugó un papel esencial en el proceso, ya que algunas condiciones discapacitantes podían ser corregidas,  por medio de tratamientos quirúrgicos y ortopédicos o a través de la rehabilitación. Asimismo, algunas patologías discapacitantes como la esclerosis múltiple, comienzan a ser contempladas como problemas médicos que pueden ser tratados con el fin de reducir el progreso de la discapacidad” (Martínez Pérez & del Cura González, 2014-2015).
“Desde este movimiento se va a concebir que la discapacidad no reside en un substrato fisiológico deficiente, sino en unas estructuras sociales que no tienen en cuenta las auténticas necesidades de las personas con discapacidad y las marginan y excluyen de la participación en la vida colectiva” (Rodriguez Díaz & V. Ferreira, 2010). Así, las asociaciones de discapacitados, como el Foro de Vida Independiente, proponen el concepto de "diversidad funcional" como  una crítica al modelo médico-rehabilitador y al modelo social-emancipatorio, mencionados anteriormente. “Estas asociaciones emergen  con el fin de hacer valer sus demandas y exigir una consideración definida, suficiente y adecuada de la figura del diverso funcional” (Rodríguez Díaz & V. Ferreira, 2010).
Creemos que ello  supone “una transición en la asignación de sentido que se hace de la discapacidad y, con ello, rompe con las herencias que hasta la fecha han llevado a las personas con discapacidad a una situación de marginación y de exclusión social. Así, habrá una mejora de las condiciones de existencia de las personas con diversidad funcional, suprimiendo las barreras, tanto materiales como culturales, que hacen que su existencia venga mayoritariamente regulada por prácticas excluyentes” (Rodríguez Díaz & V. Ferreira, 2010).
Bibliografía:
Martínez Pérez, J., & del Cura González, M. (2014-2015). Historia de la Medicina y Documentación médica. 37-39. Albacete: Universidad de Castilla la Mancha.
Rodríguez Díaz, S., & V. Ferreira, M. A. (2010). Desde la Dis-capacidad hacia la Diversidad Funcional. Revista Internacional de Sociología, 290-307.

martes, 12 de mayo de 2015

Política social de las personas con diversidad funcional en España (correción 2º post)

De acuerdo con el anterior post, donde hablamos sobre el cambio del concepto de "discapacidad" hacia la "diversidad funcional". En esta ocasión, entraremos en detalle sobre la legislación española que regula las necesidades de este colectivo.

Citaremos las “Medidas legislativas anteriores a la Constitución de 1978 que son: la Ley de Bases de la Seguridad Social (1963) y la Ley de Educación y Financiación de la Reforma Educativa (1970), que establecieron el fundamento para la creación de organismos especializados de atención a personas con discapacidad.” (Bracho, Seco, & Serrano, 2011)

Más adelante aparece en la “Constitución de 1978 donde en su artículo 14 prohíbe toda forma de discriminación. Dedicada de forma expresa el artículo 49 a las políticas publicas de prevención, tratamiento, rehabilitación e integración de las personas con discapacidad física, sensorial  y psíquica.” (Bracho, Seco & Serrano, 2011)
Actualmente encontramos en la legislación estatal las siguientes leyes:
Además cuenta con Planes de acción.  Actualmente, vigente el Plan de acción2014-2016 de la estrategia española de discapacidad, que cuenta con los siguiente objetivos:  
    • Igualdad para todas las personas: "garantizar la plena igualdad de las personas con discapacidad en el ejercicio de todos sus derechos con el resto de los ciudadanos".
    • Empleo: "promover el derecho al trabajo de las personas con discapacidad, en condiciones que garanticen la aplicación de los principios de igualdad de trato y no discriminación".
    • Educación: "reducir la tasa de abono escolar y aumentar el número de personas con discapacidad y educación superior".
    • Accesibilidad: "promover la accesibilidad a los bienes y servicios"
    • Dinamización de la economía: "fomentar que los recursos de atención a la discapacidad constituyan un factor de dinamización económica".
Por otro lado, este ámbito también es regulado por cada Comunidad Autónoma, en el caso de Madrid también tiene una serie de normas más significativas correspondientes al ámbito de competencias de Dirección General de Coordinación de la Dependencia.
Todo esto lleva a crear unos servicios sociales para personas con diversidad funcional.
  • “Servicios de Atención Social Primaria: son los de información, orientación, asesoramiento, y seguimiento individual de caso, prevención e intervención familiar, valoración de la dependencia, teleasistencia y ayuda a domicilio.
  • Servicios de Atención Social Especializada: se citan los servicios de prevención de las situaciones de dependencia, de promoción de la autonomía personal y los siguientes centros: centros base, unidades de atención temprana, centros ocupacionales, centros de día, pisos tutelados, centros de referencia estatal, los de recuperación de personas con discapacidad física, los de atención a personas con discapacidad física, los de atención a personas con discapacidad intelectual y la asistencia sanitaria y presentación farmacéutica establecida por la LISMI.” (Bracho, Seco & Serrano, 2011)
El Gobierno pone a disposición de las personas con diversidad funcional unas prestaciones económicas de “asistencia personal de la LAPAD: las pensiones no contributivas de invalidez de la seguridad social gestionadas por los servicios sociales, las ayudas económicas individuales e institucionales para personas con discapacidad y las ayudas económicas complementarias de las pensiones no contributivas de invalidez.” (Bracho, Seco & Serrano, 2011)

En conclusión, tras este post informativo aclaramos que han existido más leyes, que actualmente están derogadas debido a la crisis que existe en España. A pesar, de todos los servicios y prestaciones que se basan en las leyes no son suficientes para cubrir las necesidades de todas las personas con diversidad funcional. Por ejemplo, en la siguiente noticia se trata de los recortes que han sufrido las autonomías para favorecer a las personas con diversidad funcional.

Noticias


Bibliografia

C. Bracho, J. M. Alonso, M. Garcia (2011) Servicios Sociales Públicos. Tecnos: Madrid.