jueves, 28 de mayo de 2015

Personas con diversidad funcional en el ámbito laboral (Jennifer Simbaña Torres)

Como hemos visto en el anterior post, la percepción social de las personas con diversidad funcional como “diferentes” consolida su proceso de marginación y exclusión. Esta situación puede verse reflejada en el mercado laboral que es el tema que se abordará en este segundo post.” Y es que salud está asociada a la capacidad de producción, existiendo el prejuicio de que una persona que posee una diversidad funcional es más improductiva, vulnerable, “menos válida”, etc., que una persona sana” (Iáñez 2008). En este sentido, las intervenciones se han enfocado desde las políticas pasivas de empleo, otorgándoles subsidios y pensiones antes que pretender su inserción laboral.

Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad “El empleo es un elemento esencial para garantizar la igualdad de oportunidades para todas las personas y contribuye decisivamente en la participación plena de los ciudadanos en la vida económica, cultural y social, así como a su desarrollo personal. Las personas con discapacidad, especialmente aquéllas que presentan una discapacidad severa, conforman un grupo con altos niveles de desempleo. Para el cumplimiento de este objetivo, la normativa contempla diferentes medidas que fomentan el empleo de los trabajadores con discapacidad, tales como el establecimiento de un sistema de intermediación laboral, el empleo con apoyo, los enclaves laborales, o la regulación de medidas de acción positiva en las políticas activas de empleo (reserva de puestos, subvenciones por la contratación, bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social, desgravaciones fiscales, etc.”

Por lo tanto, parece ser que las empresas que contratan a personas con diversidad funcional obtienen beneficio de ello. A partir de esto, me planteo las siguientes preguntas: ¿por qué aunque sólo sea por un beneficio económico, no hay tantas empresas que contraten a personas con diversidad funcional? ¿Y las empresas que sí los contratan, sólo lo hacen por ese beneficio económico y además, intentando aparentar que lo hacen porque creen de verdad en la inclusión laborar de las personas con diversidad funcional?

Las personas con diversidad funcional tienen claro que las empresas contratantes obtienen beneficios económicos con cada una de sus contrataciones, y he querido plasmarlo con este video en el que Luis Castro, quien padece síndrome de Down, realiza un video-curriculum en el que explica las razones por las cuales una empresa debería contratarle, beneficios económicos, y que no le importa que lo haga por eso. Luis, tan sólo quiere una oportunidad para demostrar que puede trabajar como lo haría cualquier otra persona.

Pero yo creo que las contrataciones no deber un acto de beneficencia o de caridad, debe ser un derecho así como el que goza cualquier otra persona.  Las personas con diversidad funcional pueden ocupar un puesto de trabajo, desarrollándolo igual o mejor que una persona sin diversidad funcional.  Por lo tanto, podrían ser igual de eficaces y productivos, y es lo que realmente las empresas deberían tener en cuenta, en vez de ver sólo en esas contrataciones beneficios.

El que cada vez haya más contrataciones por este motivo, no favorece a una verdadera inclusión sociolaboral, sino que ha de hacerse porque se confía en las potencialidades de estas personas.  Por ello, la inserción laboral deber ser uno de los retos a conseguir con este colectivo, pues constituye uno de los elementos primordiales en los procesos de inclusión social.

Como conclusión puedo decir que la diversidad funcional surge de un entorno social  mal estructurado a la hora de ajustarse a las necesidades y las aspiraciones de la ciudadanía con carencias, más que de la incapacidad de las personas con diversidad funcional para adaptarse a las exigencias de la sociedad. No son las limitaciones individuales el centro del problema sino las limitaciones de la sociedad para prestar servicios apropiados y para asegurar que las necesidades de las personas con diversidad funcional sean tenidas en cuenta dentro de la organización social. Las respuestas, no deben dirigirse individualmente a las personas con diversidad funcional sino a la sociedad, de manera que ésta llegue a estar pensada y diseñada para atender las necesidades de todos. Así, este colectivo puede contribuir a la sociedad en la misma medida que el resto de las personas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario