Siguiendo, un poco, con el tema
de la discriminación y exclusión de las personas con diversidad funcional del
anterior post, en éste se hablara sobre las mismas en el ámbito laboral.
En la situación que se vive en
España, hay un alto porcentaje de parados. “El estancamiento en la situación de
desempleo es mucho mayor entre las personas con discapacidad que en la
población general, circunstancia que probablemente sea la causa del desánimo de
una parte importante del colectivo a la hora de buscar empleo y, por tanto, de
su baja tasa de actividad. Y el paro de larga duración se intensifica en las
mujeres” (Colectivo Ioé: Pereda, de Prada & Actis, 2012, pág. 141).
Además, dentro del colectivo de las
personas con diversidad funcional también existen diferencia entre la edad y
nivel de estudios, dándose un mayor grado de desempleados en mujeres (como se
dijo en el anterior post, las mujeres son más del 60% de las personas con discapacidad funcional) y en jóvenes.
“En cuanto al nivel de estudios,
la tasa es mucho más mayor en quienes no tienen estudios que en los que han
terminado estudios universitarios (…) Esta misma correlación se aprecia
también, pero en sentido inverso, en la tasa de actividad, mucho más elevada en
quienes tienen estudios universitarios que entre quienes no los tienen” (Colectivo
Ioé: Pereda, de Prada & Actis, 2012, págs. 135-136).
Dentro de las dificultades que tienen las
personas con diversidad funcional para encontrar un trabajo está la propia
discapacidad por el grado que pueda tener; después, como segunda causa, es la
que se atribuye al resto de la población “en esta crisis, es difícil encontrar
un trabajo”; y, por supuesto, el nivel de estudios. Pero, existe una gran
diferencia entre géneros, donde las mujeres tienen una mayor tasa de desempleo
y gran dificultad para encontrar un trabajo. Sin embargo, las mismas personas
con diversidad funcional “culpan” a su discapacidad de no encontrar trabajo,
por lo que optan, directamente, por no buscarlo; por otro lado se consideran
“prejubilados” o tienen razones muy personales por las cuales no buscan
trabajo. (Colectivo Ioé: Pereda, de Prada & Actis, 2012).
Todos “estos resultados tienen implicaciones en las futuras políticas públicas dirigidas a favorecer la integración laboral y social de este colectivo” (pág. 207). “En España, las políticas sociales públicas desarrolladas en materia de empleo para las personas con diversidad funcional giran en torno a tres grandes ámbitos, los dos primeros encuadrados dentro de las políticas pasivas y la última dentro de las políticas activas: 1) protección económica, 2) tratamiento fiscal de las rentas de trabajo y 3) medidas para mejorar la empleabilidad, el acceso al empleo y la calidad del mismo.” (pág. 211).
En conclusión, existe una gran diferencia
en la tasa de empleo entre las personas con diversidad funcional. Y desde este
punto, se da un mayor grado de discriminación hacia este colectivo. Pero, sin
embargo, se ha estado trabajando proyectos para la inclusión laboral de éste.
Aunque, muchas veces se les vea, y ellos mismos se vean, como “inútiles” para
poder trabajar, son capaces de realizar, en mayor medida, muchas de las
actividades que realizan las personas “normales”, son capaces de superarse así
mismo, muchísimo mejor que personas “normales”.
Caso particular: Anna Vives y su libro “Si confías en mi te sorprenderé” http://www.annavives.com/
Bibliografía
COLECTIVO IOE Pereda, C. de Prada, M.A. y Actis, W. (2012). Discapacidades e inclusión social.
Barcelona: Obra social “la Caixa. (Colección Estudios Sociales nº 33)
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